APROXIMACIÓN HISTÓRICA.
Esta práctica ancestral, comprende una doble concepción; por una parte como actividad física, aspecto que analizaremos en otro apartado de este trabajo, y en la otra vertiente, representa una manifestación cultural que es reconocida como seña de identidad del pueblo canario. Para entender mejor este planteamiento, tenemos que analizar la evolución y el desarrollo que ha tenido que sufrir durante siglos hasta llegar a nuestros días, por ello, es necesaria la exposición de una breve síntesis histórica, diversificada en tres periodos cronológicos:
– ETAPA ABORIGEN.- Hasta la Conquista de las islas por la Corona de Castilla.
– ETAPA INTERMEDIA.- Desde la conquista hasta finales del siglo XIX.
– ETAPA ACTUAL.- Que comprende el presente siglo.
1.- ETAPA ABORIGEN: Los aborígenes canarios tenían una cultura material muy poco desarrollada, desconocedores de la fabricación y el uso del metal, empleaban como instrumentos de trabajo y armas lo que el medio natural les ofrecía: piedras, huesos, palos y el propio cuerpo.
Referencias escritas de esta época, han llegado hasta nuestros días gracias a los cronistas de la conquista y a los historiadores posteriores, que exponían sus trabajos documentales en base a datos aportados por los primeros y los testimonios orales recogidos de los supervivientes. La información que nos ha llegado a través de estos textos y por los restos arqueológicos conservados, fundamentan la utilización de una amplia variedad de palos que abarcan distintos tamaños y grosor, siendo usados como instrumentos laborales o beligerantes, según fuera tiempo de paz o de contienda, y con una amplia variedad en sus denominaciones.
Al respecto de las denominaciones, Ossorio recoge que Alvarez Delgado apunta hacia que el común de “tamasaque, amusoco, mosoco, etc…” viene del bereber «golpear con fuerza», mientras que «banote, banot, etc…” viene también del bereber «lanzar», por lo que estas dos denominaciones en algunos casos no se corresponden con el significado actual del termino, como es el caso de vara, garrote, etc… Explicaría esta apreciación la diversidad reinante respecto a la amplitud de acepciones recogidas en las citas.
En el libro «EL JUEGO DEL PALO CANARIO» de Angel González y Guillermo Martínez , se realiza un detallado compendio de las citas más relevantes que nos han legado los cronistas. Entresacamos de dicha obra las siguientes narraciones:
• A Sedeño. «Historia de la conquista de Gran Canaria».
«Eran los naturales de Canarias de buena altura, más que mediana, bien dispuestos sus miembros, ligeros en gran manera y de gran destreza en la pelea con las armas que traían, que eran a modo de espada de palo tostado y de madera muy recia. Tomábanla por el puño y algunos a dos manos, como montante y era un arma muy recia…La espada llamaban majido».
• Fray Alonso de Espinosa. «Historia de Nuestra Señora de Candelaria», 1546.
«Las armas ofensivas conque peleaban, que defensivas ( si no eran los tamarcos que rodeaban al brazo, unas pequeñas tarjas de dragos ) no las tenían, eran unas varas tostadas aguzadas, con ciertas muescas a trechos y con dos manzanas en modo que encajaban la mano para que no desdijese y porque fuese con más fuerza el golpe. Estas varas tostadas o lanzas llamadas banot, con estas peleaban a manteniente.»
• Antonio de Viana. «La Conquista de Tenerife» ,1604.
«Las armas ofensivas que tuvieron, que ninguna usaron defensiva, eran muy gruesas mazas o bastones de tronco o pimpollos de los árboles, que jugaban ligeros a dos manos…»
• Abeu y Galindo. «Historia de la Conquista de las 7 Islas Canarias», 1632.
• Lanzarote y Fuerteventura: » Tenían muchos desafíos. Salíanse al campo a reñir con unos garrotes de acebuche, de vara y media de largo, que llamaban teseses.»
• Gran Canaria: «Las armas con que los canarios peleaban y tenían sus pendencias eran, como en las demás islas unos garrotes con porras a los cabos que llamaban magados y varas puntiagudas tostadas que llamaban amodagas».
• El Hierro: «No tenían ningún género de armas sino eran unos bordones que traían cada uno de tres dedos de grueso, y de tres varas de cumplido, que untaban con tuétanos de cabra para ponerlos amarillos, que llamaban banodes o tamasaques, y aunque estos bordones servían de armas, más los traían para ayudarse al caminar por la fragosidad de la tierra que para su defensa…»
• La Palma: «Las armas con las que peleaban eran unas varas tostadas a las que llamaban mocas; y no dejaban de tener sus competencias y debates de que para ofender y defender usaban…»
• Marín y Cubas. «Historia de las 7 Islas de Canarias», 1870. Este historiador que recoge la historiografía oral de la conquista, relata una lucha con palos en la que también coincide Abreu y Galindo. La cita de Marín y Cubas, es la siguiente: «…Volvieron otra vez a La Palma a robar al término de Aridane, que hoy llaman Los Llanos, les salió al encuentro una mujer muy alta, a modo de giganta, gruesa, blanca y rubia en gran manera y dijo que se llamaba GUAYANFANTA, y que trataran de volverse, y siete hombres con espadas y rodelas la cercaron para prenderla o matarla y ella tan varonilmente se defendió sola con un palo, que fue admiración (…)”.
(historia003)Todas estas referencias ilustran la utilización guerrera del palo por parte de los aborígenes, pero existen otras muchas que atestiguan su uso en tiempos de paz. Quizás la más importante de ellas, es la recogida en la obra de Leonardo Torriani, «Descripción de las Islas Canarias», fechada en 1584. Este autor, nos legó uno de los más valiosos testimonios sobre los «desafíos» llevados a cabo entre los aborígenes canarios, acompañando su narración, con un grabado ilustrativo. Dicho texto, referido a Gran Canaria, nos dice: «…Las armas de los canarios eran unos bastones cortos a manera de maza de un hombre de armas. Cuando los canarios se desafiaban a duelo, iban al lugar señalado para ello, que era una plazoleta alta, que en cada extremo tenía una piedra llana, grande tan sólo cuanto podía mantenerse encima de ella un hombre de pie. Primeramente cada uno de ellos se ponía encima de su piedra, con tres piedras en la mano, para tirárselas, y con tres más de las que se servían para herirse, denominadas tahuas, y con el bastón llamado magodo o amodeghe. Primeramente se tiraban las piedras, que hurtaban con destreza, meneando el cuerpo, sin mover los pies. Después bajaban en tierra y se enfrentaban con los magodos, esgrimiendo y buscando cada uno su ventaja, como es costumbre entre nosotros; y con el furor llegaban a brazo partido, y se herían con las tres piedras delgadas, que llevaban entre los dedos de la mano izquierda. Y cuando uno reconocía que había sido vencido por el otro, gritaba en voz alta: Gamá gamá, que en nuestra lengua significa: basta. A este grito el vencedor ponía fin al combate, y después ambos se hacían amigos.»
También tenemos referencias de que los aborígenes canarios jugaban al palo durante el «beñesmén» (recolección de los frutos de la tierra, en Agosto), y al llegar las fiestas del rey Bencomo (últimos 9 días de Abril), realizándose la práctica del palo canario conjuntamente con la lucha y el lanzamiento y esquiva de piedras. Estas tres prácticas conformaban lo que se conocía por «Lucha Canaria».
(historia010) De gran valía para sustentar esta documentación y los argumentos esgrimidos, y que podemos considerar otra fuente de primera mano, es la conservación en el Museo Arqueológico de Santa Cruz de Tenerife y en el Museo Canario de las Palmas de Gran Canaria, de palos de varias formas, grosores y tamaños, entre los que se encuentran algunos muy similares a los utilizados en la actual modalidad de palo medio o vara, y que están en clara relación con las referencias explícitas que hacen algunos cronistas. Así Abreu y Galindo nos relata que en Fuerteventura y Lanzarote: «… Salíanse al campo a reñir con unos garrotes de acebuche, de vara y media de largo,…», precisamente la longitud apropiada para la práctica del palo medio o normal.
2.- ETAPA INTERMEDIA.- Periodo oscuro por la escasez de datos históricos en comparación con los otros dos. Con la consumación de la conquista a finales del siglo XV, comienza un período de desaparición progresiva de todo tipo de manifestación cultural autóctona, en respuesta a un fenómeno de aculturación y de persecución pública de las costumbres aborígenes. Lógicamente una práctica guerrera utilizada contra la conquista como fue el empleo de palos, queda prohibida y así a principios del siglo XVI se proclama una serie de ordenanzas que prohiben la entrada en las ciudades portando palos .
Desde este momento hasta mediados del siglo XIX, los datos de los historiadores acerca de las costumbres de los supervivientes aborígenes son escasísimos y con ello las referencias sobre el palo también son casi inexistentes. Lo que sí se conoce es la utilización del palo para hacer frente a ataques piráticos. Y como señalan en su obra González y Martínez , si de estas citas puede extraerse su uso diestro para este fin, trasluce que la práctica del palo era aunque oculta, mantenida entre familiares y allegados. En este sentido tenemos Relatos de B. Cairasco («Victoria frente a Francis Drake»), E. Suarez («Canarios, piratas y comerciantes. El agitado siglo XVI en Gran Canaria»), de A. Herrera Piqué («La batalla contra la gran armada holandesa de Van der Doez en el año 1599»).
González y Martínez también recogen las siguientes referencias de este período posterior a la conquista:
• Compendio anónimo de Historia de Canarias. Primer cuarto del siglo XVIII, en el que se hablaba de las costumbres culturales procedentes de los antiguos pobladores: «Son también agilísmos para jugar al palo, burla tan pesada que parece menos arriesgado el que dos riñan con espadas, pues en sus juegos, si se descuida de quitar un golpe matan a un hombre.»
• A.Diston: grabado de 1828: «Paisanos de Fuerteventura y Lanzarote » en postura del juego, lucha del palo.
• A. Diston: Relato de 1829 (referido a los naturales de Fuerteventura):
«Su arma favorita es el palo largo o garrote muy corriente en la isla, lo usan con gran entusiasmo cogido por el centro con ambas manos dando golpes o protegiéndose con gran destreza y fuerza.»
• B.Carballo Wangüemert: «Las Afortunadas. Viaje descriptivo a las Islas Canarias.», 1862 (referido a las islas occidentales):
«El arma ofensiva y defensiva entre las gentes del campo no es la navaja, el puñal, el cuchillo ni ningún otro instrumento de esta especie, es simplemente un grueso y alto palo que les acompaña a todas partes y en cuyo manejo muestran su destreza y agilidad.»
• R. Fraga Grama (Ossorio, 1978), «Biografía de un tinerfeño ilustre: el Venerable Hermano Pedro.”:
“(…) En Guatemala dicen los Biógrafos de Hermano Pedro que éste utilizaba la lanza para ahuyentar a los perros cuando, a altas hora de la noche, andaba por las calles de Antigua Guatemala y aquellos le salían al paso.” Esta práctica ha sido usual en los jugadores de palo a los que se pedía controlasen animales asalvajados, como perros y camellos, como relata D. Tomás Déniz .
A partir de mediados del siglo XIX, se empiezan a tener noticias orales directas del juego del palo, así tenemos conocimiento de la extraordinaria calidad de los jugadores majoreros (naturales de Fuerteventura) en este momento y del gran desarrollo del juego en la isla de La Palma. También se tienen noticias del juego del palo en todas las islas a finales del siglo XIX. En estos momentos, los majoreros, emigran a todas las islas por motivos de necesidad y así llegó a San Andrés Pedro Pestano, respetado como gran jugador de palo y que sería el maestro del que posteriormente se conocería como el mejor jugador de la época: José Morales, fundador del estilo que lleva su nombre.
González y Martínez , apuntan de esta época, la existencia de muchos desafíos que quedaron constatados en forma de cuentos, como es el caso del de Angel Guerra (“El Justicia del Llano”) y de Benito Pérez Armas («¡Que te pierdes Pedro!”), recreación literaria de la obra «Historia del Pueblo Guanche» de Juan Bethencourt Afonso (1847-1913). Este último es de especial interés porque recoge la existencia de dos tipos de juegos bien diferenciados, a finales del siglo pasado y comienzos del actual: «(…) el majorero de <> en el que domina el molinete y palo largo, mejor para defensa que para ataque, el segundo de <>, más ligados los palos de <> rápido, donde privan los amagos y tan pronto se hace el quite con un extremo del palo como se ataca con el otro.»
González y Martínez también reproducen una serie de citas referidas al Palo Canario que se recogen en la «Historia del Pueblo Guanche» del propio Bethencourt Afonso. Dada su importancia y valor documental, las detallamos a continuación:
«Es tradición que los indígenas fueran grandes jugadores de palo. (…) Los Palos habían de ser de un mismo tamaño, por lo general a la altura del hombro. (…) Al caer los garrotes uno contra el otro procuran que sea sobre el último tercio del garrote hacia el trozo. Debe advertirse que el palo se divide en trozo, punta y medio. Trozo es la parte más gruesa y que mira al contrario, y punta es la pequeña parte que cubre el codo y medio por donde se coge, aunque no lo es realmente (…)».
«En la técnica de la esgrima del garrote se divide en trozo, punta y medio, llamándose trozo al extremo más grueso, que mira al enemigo, punta al extremo opuesto y medio a la porción comprendida entre ambas partes, cogiéndose la estaca en las dos grandes escuelas del juego guanche, del palo largo y de trozo y punta, en la primera por la punta con las dos manos separadas como una tercia, con un sobrante atrás suficiente para cubrir el codo, y en la segunda por la punta y medio. Esta distinta aprehensión de los garrotes hállase subordinada a sus diferentes sistemas de juego, pues mientras en el de palo largo el ataque y la defensa se encomienda al trozo, permaneciendo las manos fijas o casi fijas, en el trozo y punta los golpes así como los quites tan pronto se hacen con el trozo como con la punta, moviendo las manos.»
«En la escuela de palo largo, domina la defensa a la acometividad, la pujanza a la ligereza y si bien cuando se toca sus efectos son temibles, la velocidad se halla sacrificada a la potencia, los cambios son más lentos, el jugador se descubre con frecuencia y requiere grandes alientos para prolongar el combate».
«En la escuela de trozo y punta el juego es más ligado, más agresivo, más rápido el desande, cubre mejor y abruma por los falsos amagos».
Todas estas citas son buena muestra acerca de la situación del Palo Canario hasta ese momento. Es necesario matizar, que por los estudios realizados, tenemos que aceptar que en esos tiempos no existía una clasificación del palo atendiendo a sus peculiaridades propias (donde predomina especialmente el tamaño de los palos para diferenciar las modalidades existentes y las denominaciones establecidas al respecto), por ello, es generalizado el criterio entre los jugadores de palo, por la transmisión oral recibida de sus maestros, que a finales del siglo pasado y principios del actual, los términos garrote, estaca, bastón y vara entre otros, eran genéricos del «palo» y se denominaban de forma indeterminada para cualquier tipo de tamaño, de ahí que se sustente que Palo Canario sólo hay uno, aunque con diferentes modalidades y estilos.
Retomando el hilo histórico, tenemos que a finales del siglo pasado existían dos estilos de juego a tenor del anterior relato: «juego abierto» y «juego cerrado», pero en la actualidad se han diversificado los estilos. Se ha mantenido la concepción de «juego largo» y «juego corto» en razón de la distancia de los jugadores, «el recogido» como técnica circular por antonomasia en el palo medio o vara, la diferenciación de trozo y punta para los extremos de la vara como antaño, así como un amplio abanico de peculiaridades inherentes a esta práctica, que se han conservado de forma relíctica en las Escuelas de Palo. González y Martínez , proponen tres factores que contribuyeron a la evolución del juego en esta época:
– Habilidad que desarrollan los camelleros en el manejo del palo para controlar estos animales y su posible influencia en el enriquecimiento y en la manejabilidad del palo de juego.
– «Cambio de mano» que desarrollaron los emigrantes canarios en América por su utilización contra machetes.
– Influencia de las características personales de los maestros del palo.
Se conocieron como jugadores afamados de esta época y principios de la siguiente a: José y Nicolás Morales en Tenerife. En Fuerteventura, Juan y Leoncio Camejo y Ruperto Martín. En Gran Canaria, destacaron sobremanera «Frasco» Manuel Pérez y Juan «el pino», protagonistas de un famoso desafío que ganó el primero.
De esta etapa, También tenemos constancia de la celebración de «taifas» (reunión de personas para bailar), que terminaban frecuentemente en peleas y discusiones, siendo muy normal la figura de un hombre de respeto, mayormente portando un palo, para evitar estos lances. Ossorio (1987) relata el uso de un palo corto en estos menesteres – “para ir controlando a los hombres que tenían que esperar turno, ya que no cabían todos juntos, debido a que estas fiestas se hacían en el patio o salón de algún particular». También se tienen noticias abundantes de la utilización pendenciera o vengativa de la macana, machaca o palo corto , hasta el punto de aguzarse su extremo para herir con él o arrojarlo como dardo.
3.- ETAPA ACTUAL.- Comprende este periodo el iniciado en 1900 hasta la actualidad. Podemos dividir este siglo en tres períodos para un mejor tratamiento:
(historia06) a) Principios de siglo (1900-1939): La situación es de gran auge en todas las islas en este momento. Continúan como ilustres personajes del juego los mismos que en la etapa anterior. En especial se produce un notable apogeo en Tenerife, lo cual apunta Ossorio de la siguiente forma: «Unas circunstancias muy diversas hicieron concurrencia de fuerza en una isla, Tenerife, y la convirtieron en virtual capital del palo canario en dicha época. (…) Todas las naciones canarias se dieron cita en las pedregosas playas de Añaza, batidas por el nunca bien cantado sereno Atlántico. Y bajo una conjunción de astros humanos tan esplendorosa, nació a comienzos del presente siglo lo que conocemos como el <>».
Se dio la circunstancia de que durante esta época se produjo el mecenazgo sobre luchadores que en ocasiones también eran jugadores de palo renombrados, lo cual fomentó encuentros entre ellos.
Se recuerdan núcleos de juego en diversas zonas de esta isla, aunque sólo de palo medio o vara. Destacan sobremanera Eugenio Díaz «La Verga» y Polo Acosta, ya que ambos harían escuela al perpetuar su dinastía familiar. Sin embargo el núcleo más importante tendría su enclave en San Andrés (Santa Cruz de Tenerife), donde tuvo lugar la creación de la primera Escuela de Palo Canario que se conoce, en la que José Morales, rompiendo con las tendencias anteriores, enseña su arte a distintas personas que no eran familiares ni allegados como era costumbre, además de ser un gran innovador con preferencia del «juego corto» y los «vacíos» (aunque también dominaba el «juego largo»). La primera generación de esta escuela contaría con jugadores de distintas partes de la isla e incluso llevó su magisterio a Cuba, donde estuvo en varias ocasiones. Nicolás Morales (hermano del citado José), también fue fundamental en la instrucción del Palo Canario de la Escuela de San Andrés.
En torno a 1910, se desarrolla la siguiente generación de esta escuela, formándose los mejores jugadores de palo de la misma. Destacó de manera sobresaliente Francisco Morales (hijo de José Morales), rivalizando incluso con su padre como mejor jugador de la época por su juego de gran nivel. De esta generación es también Tomás Déniz, que llegaría a ser el jugador más legendario de la postguerra.
En la Palma, también se conoce la presencia de jugadores de palo medio. En Fuerteventura, a pesar de ser la cuna de los mejores jugadores de la época anterior, no se recuerdan más que jugadores de palo grande («Lata») en estos tiempos. En Lanzarote se practicaban ambas modalidades, aunque sólo se recuerda nombres de jugadores de vara. En el Hierro existieron renombrados jugadores de vara, sobre todo en dos zonas: San Andrés y el Pinar. En Gran Canaria los jugadores más nombrados son los del palo grande, sobresaliendo la familia Calderín de Valsequillo. Por último en La Gomera, se recuerda la existencia de jugadores de palo chico.
(historia07) b) Postguerra (1939-1969): A consecuencia de la Guerra Civil española, se produce un nuevo retraimiento de la práctica del Palo Canario por dos causas principalmente: en primer lugar por la muerte de algunos de los jugadores más destacados (como es el caso de Francisco Morales) y en segundo lugar por la represión de las libertades, que repercute en las manifestaciones tradicionales. Incluso la Lucha Canaria se vio afectada por estos avatares. Todo esto llevó al extremo de la desaparición pública del Palo Canario y a una situación muy similar a la que se produjo tras la conquista de las islas, es decir, la reconversión en una practica furtiva y oculta (desafíos a la luz de la luna), y sólo presentada públicamente como simples juegos de cabreros («la retreta de los pastores»).
Hasta los años cuarenta, no empiezan a aparecer esporádicas exhibiciones en las fiestas de los pueblos. En San Andrés se intentó relanzar nuevamente la «Escuela», pero dicha iniciativa duró muy poco. Tomás Déniz, enseña por estas fechas en su barrio de María Jiménez, destacando como discípulos suyos, sus sobrinos Gonzalo y Fernando Déniz. Otro jugador procedente de la Escuela de San Andrés, Pedro Domínguez, genera un núcleo de enseñanza en torno a él, sobresaliendo Pedro Morales que continuaría con la dinastía familiar.
A principios de la década de los sesenta, se crea un grupo de enseñanza dirigido por Tomás Déniz, la experiencia duró dos años. El maestro Déniz continuo «practicando el palo» de forma esporádica, sobre todo con Domingo Martín (también de la escuela de San Andrés), con el cual realiza varias exhibiciones públicas. En el resto de la isla de Tenerife, a lo largo de la década de los sesenta, sólo se mantuvieron algunos núcleos familiares: Los Verga (La Esperanza), con la extraordinaria Luciana y su hermano Elisio y los Acosta, Polo y Maximiliano. En Fuerteventura prácticamente desapareció la actividad del palo, únicamente destacando como grandes jugadores de Lata: los hermanos Alberto, Simeón y Domingo, discípulos de Ruperto Martín. Lanzarote sufre un receso mayor, manteniéndose como único superviviente de la época anterior, Cristín Feo de León, que había aprendido la práctica del palo de su tío, José María Feo Barreto. En la Palma sólo destaca Tomás Hernández Medina, discípulo de Vicente «Vidal». El Hierro continúa prácticamente con la misma actividad anterior, gracias a que los discípulos de Quintero Zamora siguen conservando su estilo. Y la isla de La Gomera, sigue siendo la más desamparada en cuanto al Palo Canario se refiere, desapareciendo de la luz pública la poca actividad de palo chico existente, y sólo manteniéndose de una forma oculta.
(historia08) c) Ultimas Décadas (1970-1990): Hasta este momento, sólo se constataba la continuidad del Palo Canario por las esporádicas exhibiciones del maestro Tomás Déniz, de los «Vergas» y de los «Acosta», pero en los años setenta se empieza a incrementar el interés por las tradiciones canarias y fruto de esta inquietud, un grupo de universitarios logran convencer a D. Tomás Déniz para que reanude su magisterio. A partir de entonces tendrá lugar una progresiva extensión de la práctica del estilo «Déniz». Primero se creó el Centro Universitario de Palo Canario a mediados de los setenta, luego se forman distintos núcleos como la Escuela de Palo de La Laguna, hasta llegar al hecho destacado de la fundación a principios de los ochenta de las Escuelas de Palo de Fuerteventura, que eran supervisadas directamente por el propio Tomás Déniz. Los Discípulos del maestro Déniz han continuado su labor tras su desaparición en 1983, llevando a cabo desde entonces una ardua tarea de rescate y difusión, contando en la actualidad con núcleos estables en cuatro islas del Archipiélago.
A la intensa actividad del C.U.P.C. de la Universidad de La Laguna, se suma en 1987 la Escuela de Palo Canario de la Universidad Politécnica de Canarias (reconvertida en la actualidad en Universidad de Las Palmas de Gran Canaria) que forma parte del Centro de Deportes Autóctonos de dicha Universidad. En esta Escuela, se imparten clases de la modalidad de vara (estilo Déniz) y de palo grande (Garrote). Las últimas Escuelas del estilo Déniz, ha sido creadas en El Paso (La Palma) por discípulos de la Escuela de Palo Canario de la U.L.P.G.C. y en Las Canteras-La Laguna (Tenerife).
El ejemplo del maestro Déniz, ha motivado a otros maestros tradicionales para llevar a cabo la misma labor divulgativa. Así tenemos como Pedro Morales (nieto de José Morales), funda en 1976 otro núcleo de enseñanza que junto a los colectivos del estilo Déniz, constituyen los herederos legítimos de la centenaria Escuela de San Andrés. En la familia de «Los Vergas», son admitidos como alumnos, personas ajenas a la familia. Los Acosta han generado por medio de Marino y Pedro Acosta, nuevos núcleos de enseñanza, posibilitando que en la actualidad su estilo goce de buena salud.
En lo que concierne a Gran Canaria, la figura de «Mastro” Paquito Santana, es equiparable en la práctica del garrote con la de D. Tomás Déniz en Tenerife. Durante varios años el trabajo de enseñanza y divulgación de Francisco Santana, arropado principalmente por su familia, fue excepcional. Los núcleos de enseñanza del garrote que se instauraron fueron ubicados en: el polideportivo López Socas, la Casa de la Cultura de Telde (antigua Casa del Conde), el polideportivo de Telde y en el Goro como centro matriz. En reconocimiento y tributo a su trabajo en pro de la cultura y el deporte canario, en el año 1984 se le eligió mejor deportista autóctono de Las Palmas. Sus hijos y discípulos directos han continuado los pasos del maestro, respetando el valor cultural que se les transmitió, a excepción de aquellos que se han encaminado a la que han bautizado como Lucha del Garrote y que en nada o muy poco se parece al juego o pelea del garrote de los pastores grancanarios.
El hijo del maestro, José Antonio Santana, ha impartido clases en el centro neurálgico de la escuela de su padre (las cuarterías del Faro Viejo del Goro), en el polideportivo de Telde y en el colegio público del mismo Goro. El 22 de diciembre de 1991 se presentaba la Escuela Municipal de Telde, funcionando en el terrero Faro de Maspalomas de Telde bajo la dirección de Santiago González Casimiro (discípulo directo de maestro Paquito), hasta mediados de los noventa, para relanzarla nuevamente en 1998. En una primera fase se encarga de la coordinación Rosendo Medina, para después tomar un protagonismo especial Miguel Santana (hijo de Maestro Paquito), quien ha ampliado el núcleo de enseñanza del terrero José Rodríguez Franco ‘Faro de Maspalomas’, a los barrios teldenses de La Pardilla, La Barranquera y Las Huesas, por lo que en la actualidad se cuenta con cuatro puntos de entrenamiento y clases en el municipio de Telde, como satélites de la Familia de Maestro Paquito Santana.
En Lanzarote se crea en 1987 la Escuela Insular de Palo Conejero, con Cristín Feo al frente. El Hierro pasa por momentos difíciles para la conservación de la práctica del Palo, manteniéndose el último reducto en torno a los jugadores individuales Eloy Quintero y Juan Cabrera Machín (discípulos de Juan Francisco Quintero Zamora). La Palma, aparte de la Escuela del Paso, cuenta con un colectivo de discípulos de Tomás Hernández, integrados en el Grupo de Palo Galguen. En la Gomera, se constata la desaparición pública acaecida en décadas anteriores.
Por último, hay que constatar el intento de asociacionismo de los practicantes de palo, dirigido a aunar esfuerzos en la transmisión, difusión e investigación del Palo Canario. La primera experiencia importante en este sentido, la constituyó la Asociación de Juego del Palo Canario, «AJUPAL», que funcionó ininterrumpidamente desde junio de 1985 hasta diciembre de 1993. En la última década del siglo XX, el Juego del Palo Canario ha vivido un complejo proceso federativo que se inicia a la vera de la Orden reguladora de los Juegos y Deportes Autóctonos de Canarias del 15 de septiembre de 1992, de la cual se deriva la constitución de la Agrupación Canaria de Juego del Palo en junio de 1994. Paradojicamente la principal finalidad de la Agrupación fue luchar por la derogación del Preámbulo de la Orden del 92, al lisiar ostensiblemente la esencia y filosofía del Palo Canario Tradicional.
El inicio de la andadura de la Federación de Juego del Palo Canario (FEJUPAL), no puede concebirse sin la generosa herencia de la Agrupación Canaria de Juego del Palo, entidad federativa que siempre tendrá un lugar especial en la historia de esta ancestral tradición. La Agrupación Canaria de Juego del Palo, desde su constitución se propuso como primer objetivo abolir la citada Orden por su inadecuado, ambiguo y desacertado Preámbulo, que entraba en consideraciones calificativas y definitorias con una exposición de motivos irregular, procedimiento contrario a la correcta técnica normativa. Con el agravante de que no se consultó a especialistas en la materia.
Después de dos años intensos de lucha, con arduas gestiones y diligencias, la Agrupación Canaria de Juego del Palo lograba su principal finalidad, un nuevo texto legal que anulaba el anterior, promulgándose la Orden de 15 de septiembre de 1996 por la que se regulaba la constitución y funcionamiento de las Federaciones Canarias de los Juegos y Deportes Autóctonos y Tradicionales de Canarias, lo que no sólo colmaba las expectativas más halagüeñas, sino que también se obtenía el máximo status de asociacionismo que permite la Ley del Deporte: la figura normativa de la «Federación», un viejo sueño de los practicantes de palo que al fin se ha hecho realidad.
Por Resolución de la Dirección General de Deportes de fecha 24 de septiembre de 1997, se acordó la inscripción de la Federación de Juego del Palo Canario en el Registro de Entidades Deportivas Canarias, siendo a partir del nuevo marco legal establecido, la primera Federación aprobada por el Gobierno de Canarias.
Una nueva dimensión se abre para el Juego del Palo Canario, a los Clubes fundacionales de la Agrupación, se les han unido otros que han visto que el futuro hay que hacerlo dentro de la casa común que constituye y representa la Federación de Juego del Palo Canario.
La Comisión Gestora, desde la constitución de la FEJUPAL en 1997 hasta la convocatoria de elecciones de dicho ente federativo en abril del 2000, ha creado una infraestructura básica que posibilita el buen funcionamiento y la operatividad, a la par que se ha puesto en acción un plan de actuación anual de carácter periódico. En cuanto a la infraestructura se ha logrado la dotación de una sede institucional en la Casa de las Federaciones Deportivas en Las Palmas de Gran Canaria, desde donde se lleva toda la administración y la organización federativa, así como la conexión arterial con las Delegaciones Insulares de Fuerteventura, Tenerife y La Palma (la de Gran Canaria se encuentra ubicada también en dicha sede institucional). El plan de actuación ha requerido mucha atención como proyecto fundamental, al estar dirigido a vitalizar e incentivar la práctica en sí del Palo Canario, canalizando la actividad a través de tres vertientes:
1.- Eventos y campañas divulgativas: muestras, talleres, jornadas, materiales didácticos, conferencias y coloquios (organizados mayoritariamente por la Dirección General de Deportes del Gobierno de Canarias). Entre los eventos más importantes destacan: ‘las Muestras de Juegos y Deportes Tradicionales para Escolares’, ‘Día del Deporte Canario-Encuentro Canario Vasco’, ‘Encuentro Interregional de Exhibición de Juegos y Deportes Autóctonos’ y ‘Feaga’ entre otros. Las campañas de divulgación comprenden: talleres de iniciación en centro escolares y de enseñanzas medias, conferencias y exposiciones acompañadas de material audiovisual (diapositivas y vídeos), jornadas destinadas a instruir o formar a los enseñantes canarios en materias lúdicas y deportivas, así como la participación y la colaboración en la elaboración de videos, cd-rom y material didáctico destinado a docentes y técnicos deportivos. El aspecto divulgativo ha comprometido a la FEJUPAL hasta el punto de publicar su revista oficial, BEÑESMEN, donde se abordan distintas perspectivas como la histórica, normativa, técnica y praxiológica, a la vez que constituye un foro de opinión y una palestra para estudios y trabajos de investigación.
2.- Actos oficiales. La segunda esfera del plan de actuación está dirigida a los actos oficiales de la FEJUPAL, que comprenden prioritariamente los encuentros insulares y el regional. Los primeros se desarrollan preferentemente en el marco de las fiestas populares y en las islas donde la Federación tiene Delegaciones Insulares. El regional, principal acto oficial federativo, denominado Encuentro de Juego del Palo Canario ‘Gobierno de Canarias’, abarca una semana completa de actos: Con unas jornadas técnicas de lunes a viernes, donde se imparten conferencias, mesas redondas y se expone y falla el ‘Premio de Estudios del Palo Canario’; cerrando el encuentro un festival de Palo Canario, donde se dan cita los practicantes federados de todo el archipiélago en representación de los Clubes-escuelas y Clubes-grupos, entregando en la clausura las distinciones de la Federación (institucional, labor divulgativa, ejemplar, especial y de honor). LA FEJUPAL también es coorganizadora del ‘Encuentro Regional de Juego del Palo Canario de Santa Cruz’, ‘Beñesmen de Fuerteventura’, ‘Encuentro de Jugadores de Palo Canario del Llano del Naranjo’ y otros eventos puntuales para los que se requiere su colaboración.
3.- Proyección Internacional: encuentros, cursos, ponencias, publicaciones, convenios y actividades varias. La última de las áreas de actuación está dirigida a la proyección internacional del Palo Canario, poniendo sobre todo las miras en aquellos países que por historia han tenido unas relaciones fraternales con las islas por los asentamientos de canarios emigrantes. Obviamente hacia Cuba y Venezuela están dirigidas las principales acciones de la Federación, de cuyo fruto se han firmado dos convenios de colaboración: uno con la Asociación Venezolana de Jugadores de Garrote y otro con la Asociación Cubana de Bastón Canario, con esta última como consecuencia del viaje de la FEJUPAL en el verano de 1998 a la perla de las Antillas. En la gira de la Federación de Juego del Palo Canario por tierras caribeñas se participó en el ‘III Encuentro Científico Cultural de Canarias en Cuba’ (Ciego de Ávila, Morón, Cabaiguán, Cienfuegos y La Habana), organizado conjuntamente con ACCAFIDE, y en el ‘I Seminario Taller Internacional sobre el Juego Prehispánico y Tradicional Iberoamericano’ (La Habana del 21 al 24 de julio). Asimismo se ha participado en las ediciones celebradas en Canarias del ‘Simposium Internacional de Educación Física Escolar y Alto Rendimiento’ y en el Encuentro Mundial de la Juventud (Costa Caparica-Portugal), proyectándose en las pantallas gigantes de la Exposición Universal de Lisboa una de las exhibiciones de Palo Canario que realizaron los jugadores de la FEJUPAL. De cara a mantener esta proyección, la Federación de Juego del Palo Canario ha participado en las últimas ediciones del Congreso Panamericano de Educación Física y en otros acontecimientos congresuales celebrados en Canarias y Cuba con dimensión internacional.